La lluvia creando brillos y sombras en la calle Duque Cornejo, junto a la entrada a la plaza de San Julián. Calle que debe su nombre al tan magnífico como olvidado imaginero Pedro Duque Cornejo. Quiso la suerte que el nieto de Pedro Roldán y sobrino de Luisa Roldana, tuviera una calle que acabara frente a una obra maestra del Barroco: la Iglesia de San Luis de los Franceses.
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