Calle Alcántara, una pequeña pero antigua calle de barrio. Ya en 1771 en el plano que hiciese Pablo de Olavide aparece, aunque sin rotular, en cambio en 1839, Félix González de León la nombra como calle de "Cuatro Cuartos" o "Calle del Tuerto". Santiago Montoto también indica que recibió el nombre de "Cochinos". A saber del por qué de esas denominaciones...
El nombre Alcántara lo tiene desde el año 1845 y le viene de un huerto que ocupaba toda la parte derecha de la calle que pertenecía a la Orden de Alcántara. El huerto lo componía la manzana comprendida entre las calles Alcántara, San Hermenegildo, Enladrillada y Plaza del Pelícano. Y es que los huertos eran muy habituales, tanto en nuestro barrio como en toda la zona norte de Sevilla.
Con el paso del tiempo, esa manzana fue ocupada por una serie de naves industriales que, desde principio de los años 80 del pasado siglo, dieron paso a una serie de bloques de pisos y a una reestructuración general de la calle. Una calle de decenas de metros pero con decenas de años de historia.
¿Lluvia? Yo sé que no vas a estar aquí el día más grande de nuestro
barrio. ¿Cómo vas a venir con la de cosas que vamos a disfrutar los
vecinos? Los de ahora, los de antes y los de siempre, vamos a disfrutar,
el próximo Domingo, de nuestros Vecinos más queridos. Y algunos vecinos
más que otros afortunadamente. No puedes venir.
¿Cómo se va a
quedar nuestro Pachuli sin estrenarse de nazareno después de tantos años
pisando las calles del barrio con su Cristo en su cuello? No puedes venir.
¿Cómo vas a aparecer si tiene Jordi una criatura que quiere saber por
qué, del corazón de sus padres, salió que su hermana se llamase
Hiniesta? No puedes venir.
¿Tú sabes la cara que va a poner
Fernando cuando, desde el cielo, vea que su Cristo pasa por delante de
su casa con lo bien engalanado que lo va a tener Encarna? No puedes
venir.
Y nos vas a venir. Lo sé. O al menos con gotas de agua, si
vienes, ven con lágrimas, pero no de penas, sino de alegrías y
emociones para vivir. Este Domingo, Lluvia, no vengas por favor, que
nos hace mucha falta Verlos y Tenerlos cerca. Y al barrio también.
La entrada principal de Rectificados Sutil en la calle San Hermenegildo
Pues parece que sí, que ya nos quedan pocos días para ver lo que fuera la fachada de los Rectificados Sutil en el número 20 de la calle San Hermenegildo. Unas nuevas construcciones de edificios le darán otra configuración a esa esquina desde que los hermanos Sutil Pavo crearan un próspero taller de rectificados y mecanizados del motor el 10 de abril de 1963.
Inicio de la demolición de la esquina donde se situarán los nuevos bloques de viviendas
La fachada en los típicos colores rojo y blanco ha formado parte del vivir cotidiano del barrio. Tras su creación, Ángel Sutil absorbió la empresa y la mantuvo en San Julián hasta que, sus sucesores, ya decidieran trasladarla al barrio de San Jerónimo desde el primer día de enero de este año 2017.
Esa famosa esquina continuación del Bar Hiniesta, Pescadería de los Maldonado y o del Bar La Hacienda tendrá muy pronto una nueva configuración que nunca borrará el encanto de esos coches metidos en esos talleres que siempre tuvieron los Rectificados Sutil durante más de 50 años y que muchos vecinos recordaremos siempre.
Es un honor que mi amigo, vecino y hermano Rafael Mérida nos deleite con esta contribución sobre uno de los momentos más lindos que tuvo el barrio al principio de aquellos perdidos años setenta. Rafa Mérida, además de todas las virtudes humanas que tiene, es un excelente escritor reconocido por muchos vecinos. Él mismo tuvo mucho que ver con esta Cruz de Mayo pues es hijo del precursor de la misma, Antonio Mérida, al que el barrio de San Julián guarda en su recuerdo con el el mejor adjetivo que se le puede dedicar a una persona: buena. Gracias vecino Rafa.
Texto: Rafael Mérida Juan
La historia de un barrio está
hecha de muchos momentos, hechos de distinta índole que suceden a través del
tiempo. San Julián ha sido siempre un barrio de gente muy sencilla, humilde y
digna. Los límites físicos del barrio nunca han estado demasiado definidos al
colindar, sin que afortunadamente se vieran las fronteras, con otros barrios
como San Marcos, la Macarena o San Román. De alguna forma quienes hemos tenido
la suerte de nacer o vivir gran parte de nuestra vida en San Julián, hemos
sentido que todo era un poco nuestro, sin importar demasiado, si una calle
estaba más allá o más acá. Lo que indudablemente es motivo de coincidencia, es
que el centro del barrio, siempre fue y es, la plaza de San Julián.
En 1973, año de incertidumbre y
dificultades en todo el país, a un grupo de vecinos del barrio, se les ocurrió
organizar una gran Cruz de Mayo para disfrute de niños y mayores. Mi padre,
Antonio Mérida Ramírez, fue el principal instigador de aquella aventura,
apoyada por otros mayores que colaboraron activamente como Antonio Velasco
García, Pepe Ceballos Zayas, Guillermo Olivares Magro, Eusebio Carrere Lobato y
otros.
Las imágenes que se conservan
fueron grabadas en súper 8 por Enrique, que como muchos recordarán regentaba
una droguería en la misma plaza. Posteriormente se cambiaron de formato para
que pudieran conservarse hasta nuestros días. Además de las citadas imágenes,
existe un grupo de fotografías en blanco y negro que hizo la familia de Domingo
Delgado Marín, vecino de la calle Bordador Rodríguez Ojeda, y que
posteriormente llegaron a poder de mi familia.
En estos documentos gráficos
podemos observar la alegría de un barrio que, como casi siempre, lograba que
los momentos comunes se convirtiesen en una terapia de unión y superación. La
colaboración de todos fue total, hasta el punto, de que la Comunidad del
Convento de San Cayetano permitió que el pasito estuviese expuesto durante
aquella mañana en el vestíbulo del propio Convento y por la tarde, saliese de
allí. La Hermandad de la Hiniesta cedió los candeleros que figuran en las
esquinas del paso y la del Rosario puso también a disposición de los
organizadores los escasos recursos que entonces tenía.
La salida del paso fue todo un
acontecimiento para el barrio, sumándose numerosos vecinos como puede verse en
las imágenes. La procesión no se limitó
sólo a las calles del barrio ya que llegó hasta la mismísima calle Sierpes con
gran afluencia de público durante todo el tiempo. Se habían cuidado todos los
detalles contando con las insignias más representativas, varas, cirios,
acólitos y por supuesto su capataz y sus costaleros y un numeroso grupo de
niñas vestidas de gitana que ofrecen una preciosa estampa de gran colorido.
Son muchas las personas que son
perfectamente identificables en las imágenes, yo incluido, a otros no sé
ponerles nombre aunque a buen seguro habrá quién vea estas imágenes y reconozca
a alguien, pero no voy a nombrar a nadie para preservar el anonimato de quienes
participaron en esta festividad.
Sin duda un documento histórico
en el que las imágenes hablan por sí solas.
SELECCIÓN DE VIDEOS EXTRAÍDOS DE YOUTUBE
En youtube aparecen publicados varios videos sobre esta Cruz de Mayo que fueron realizados, como ha señalado Rafael, por Enrique, el que fuera droguero de la plaza durante esos años setenta y ochenta. Los situamos en orden tal y como aparecen publicados.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Vídeo 4
Vídeo 5
Vídeo 6
Nuestro agradecimiento, in memoriam, al droguero de nuestra niñez, Enrique y a aquel buen vecino que se llamó Antonio Mérida.
Una imagen de otro tiempo. No he podido encontrar la referencia de la fotografía ni su procedencia ni su autoría por lo que cualquier dato será bienvenido. Tampoco su datación aunque parece tratarse de primeros del pasado siglo XX tras compararla con algunas fotografías similares.
Obsérvese los carteles de cultos en la portada de la iglesia, hoy día ya situados inmediatamente en el lateral. También las dos farolas resultan características y una calle Duque Cornejo cuya rotulación se situaba unos metros más a la derecha de donde se sitúa hoy. Eran casas bajas las del final de la calle, lejos de la distribución actual. El suelo de la plaza parece adoquinado e irregular.
Y lo que no ha cambiado era el trasiego de niños jugando, afortunadamente, como en la actualidad. Siempre niños en San Julián, los que son, los que fuimos y los que serán. Niños en blanco y negro que pasamos a color.
Sorda, una de las calles con nombre más antiguo del barrio
Sorda. Una de las calles cuyo nombre es de los más antiguo del barrio. La conocemos como tal desde 1484 y parece deber su nombre a una atribución relacionada con una vecina que tenía esa carencia auditiva. Calle con coloridos edificios, fue reestructurada en el año 1880 confiriéndole el aspecto lineal y rectilíneo con la que la conocemos en la actualidad. Tiene su frontera con la calle Macasta y termina en la calle Fray Diego de Cádiz. Su continuación lineal hacia la muralla de la Macarena ya no sigue el nomenclator pasándose a llamar Antonia Sáenz.
Sorda, entre luces, sombras y colores
Por la parte de la calle Macasta podemos ver una esquina formada actualmente por un bar, ya cerrado y en la misma acera izquierda conforme doblamos la calle Macasta llegamos a la parte trasera de los edificios que pertenecen al "Núcleo Residencial Hidalgo" con puerta principal en Morera. Un poco más adelantado, en la acera derecha, encontramos un callejón formado por edificios. Desde la zona media de la calle tiene salida a la calle Duque de Montemar. A pesar de que en sus laterales hay algunos lugares para aparcar la presencia de bolardos (colocados en 2014) da más apariencia peatonal a esta calle, de las más coloridas del barrio, que siempre se ha caracterizado por tener vecinos que han formado parte activa de él.
La sinuosa calle Macasta une el barrio de San Julián con la calle San Luis y Santa Marina. Conocemos su nombre al menos desde 1426 y, según Rodrigo Caro, tiene origen griego mientras que para otros autores el nombre procede de Malacasta o Malcasta. Se tienen referencias que hacia 1484 había un horno y hasta 1920 existía una fuente en la calle. A mediados del siglo XIX la parte derecha estaba formada por huertos lo cual proliferó durante varias décadas más.
Entrada trasera del colegio "Padre Manjón"
Su curioso trazado va desde la calle San Julián hasta la estrecha calle Ruíz de Gijón. Comenzando desde San Julián andaremos por la zona más amplia de la calle que va estrechándose poco a poco desde la esquina con la calle Morera. A lo largo de su recorrido veremos muchos entrantes y saliente que parecen proceder de proyectos antiguos iniciados y no acabados. Si seguimos desde la calle Morera llegaremos a la esquina con Sorda donde, en la acera izquierda veremos un pequeño callejón con una puerta de acceso al colegio antiguamente llamado Padre Manjón y ahora Huerta de Santa Marina. Un poco más adelante, se continúa estrechando la calle y sirve de esquina a la calle Cetina. Actualmente con muros completamente pintados en un exceso de demostración de poca educación y civismo. Finalmente se llega a la zona más estrecha y oscura de la calle que conduce a San Luis por medio de una calle pequeña para tan gran escultor: Ruíz de Gijón.
Macasta. Una calle con bastante historia que siempre unió San Julián con San Luis.